En 1930, los pozos de Lloseta y de toda la comarca producían el 85% del carbón de la isla, destinado a la generación de electricidad. Loseta tuvo en explotación tres pozos durante más de 100 años, Sa Truyola, Santo Tomás y Can Ramis). Estos tres pozos estuvieron abiertos hasta 1973.
Sa Truyola pasó a manos del Ayuntamiento que la rehabilitó convirtiéndola en un gran centro cívico y cultural con un pequeño parque infantil. Sa Truiols conserva el edificio principal y la antigua chimenea restaurada de la explotación minera. Es el testimonio de un pasado reciente que vivieron muchas generaciones.
A la entrada del pueblo desde Binissalem, en el centro de la rotonda, se puede contemplar una escultura que representa un minero saliendo de la mina con unas vagonetas que hace referencia a este pasado minero.